Al final con el tiempo, todos acabamos conociendo a las personas con las que convivimos a diário. Y supongo que esto debió pensar caperucita después de tantos años con el mismo cuento... Así que la última vez que se encontró al lobo, cuando este le preguntó:
- Caperucita, caperucita... ¿qué llevas en tu cestita?
Se armó de valor y le dijo:
- Pues las magdalenas de mi abuelita, como siempre... ¿Quieres una? ¡Túmbate, vamos! ¡Túmbate!
Y así fué como caperucita cambió el cuento.
Esta ilustración va dedicada a mi prima Lorena, que pronto será su cumpleaños (23 añitos). Ella es una de esas mujeres que no sigue guiones pre-establecidos, y que gracias a su constancia, tesón y valentía, ha ido cumpliendo todos y cada uno de sus propósitos.
Felicidades prima!! (Pronto recibirás esta ilustración debidamente enmarcada)