jueves, 27 de septiembre de 2012

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Morsariposa"

(Papilio - Rosmarus)

Nos encontramos tal vez ante la mas rara de las especies de este bestiario. No solo por su peculiar aspecto, rudo y delicado a la vez, si no porque solo ha sido vista un par de veces por el ser humano (1764 – Profesor Stephen Braden, en Canadá y 1957 – Dra. Gemma Nor, durante una expedición a las aguas frías del Océano Ártico. Autora de “Rare species” Edit. Caslon).
 

Este raro y bello espécimen lo podemos encontrar en su madurez en la zona del Ártico: Groenlandia, Canadá y mar de Beiring. Durante sus primeros meses de vida, ántes de la metamorfosis, habita en las zonas boscosas del norte de Latinoamérica. Pero como digo, durante su larga existencia solo ha sido divisada un par de veces, por lo que tendríamos mucha suerte si nos encontrásemos con una.

Como sus parientes las mariposas comunes, durante la primera etapa de su vida no es más que una oruga (un poco más fea y gorda de lo normal, eso si...) y se alimenta básicamente de frutos secos, que le proporcionarán el calcio suficiente para desarrollar sus característicos colmillos. El período de metamorfosis dura aproximadamente 2 meses, los cuales pasa envuelta en un ovillo (capullo de seda) apartada en alguna zona húmeda y protegida de depredadores (es un manjar exquisito para roedores y reptiles). Una vez desarrollados los colmillos, se sirve de estos para abrir su particular sarcófago y caer al suelo. Aún han de pasar unos días antes de que pueda desplegar sus alas y alcanzar el vuelo. En este período es cuando la morsariposa es más vulnerable, ya que su piel aún es blanda y es torpe y lenta. Completada su transformación emigrará hacia las frías tierras Árticas donde pasará el resto de su vida (suelen vivir entre 5 y 7 años)

Una morsariposa adulta puede llegar a alcanzar los 15 cm de altura y el kilo de peso, aunque según los estudios de la Dra. Nor, podría haber alguna de mayor tamaño (20 cm). Sus alas, de un color anaranjado brillante, aunque parecen frágiles, son fuertes he impermeables (parecidas al neopreno), lo que le permite plegarlas para sumergirse en busca de alimento en las frías aguas del Ártico.

Se alimenta únicamente de pequeños peces y plancton. Aunque en épocas de escasez puede comer también algún tipo de insecto.

Su piel es extremadamente dura, lo que le permite soportar las bajas temperaturas y a su vez protegerse de sus depredadores. Posee un par de colmillos (5 cm.) que a parte de utilizarlos para defenderse, le sirven para remover el fondo marino en busca de alimento. Durante el apareamiento el macho los clava sobre la hembra, teniéndola totalmente sometida (la hembra carece de ellos). Cómo la mayoría de los machos, la cópula apenas dura 30 segundos (lejos de los 30 minutos largos del ser humano –je-) y un período de gestación de entre 4 y 5 meses. La hembra realizará la segunda emigración de su vida para volver a tierras más cálidas donde colocará una bolsa de huevos con los nutrientes necesarios para este tiempo, ya que inmediatamente se desentiende de ellos.

Las morsariposas emiten un peculiar sonido al batir sus alas (como si metiésemos una pinza entre los radios de una rueda de bicicleta) y a veces son capaces de gruñir en una frecuencia muy baja para comunicarse.

Actualmente, debido a su difícil avistamiento, está tratando de reproducirse en cautividad mediante experimentación genética y así poder conocer mejor a este increíble animal. Aunque imaginaros las dificultades de cruzar una morsa con una mariposa...   

*Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los nombres mencionados son inventados. Si por casualidad aparece algun Profesor Stephen Braden o una Doctora Gemma Nor, que me perdonen.