jueves, 29 de noviembre de 2012

"Liebruga"

(Lepus - Tortuca)

La liebruga, esta entrañable rareza animal, se encuentra entre las especies más extendidas de las que hasta ahora hemos hablado. Podemos encontrarla en la estepa castellana (zona de Castilla y León, España), Australia, Sudamérica, y en menor proporción en las Islas Galápagos, donde en parte, gracias a la supremacía de la conocida tortuga galápago, es muy difícil encontrarla.


Hablemos de sus características. Debido a su fisionomía aparente, es un animal lento y torpe y aunque es omnívoro, suele alimentarse de plantas, ya que le es muy complicado desplazarse para cazar otros animales. Las patas traseras le impiden moverse con agilidad, ya que al ser más largas que las delanteras, se daría de bruces si las estirase por completo. Rara vez, para cazar alguna pequeña presa, las utiliza para dar un salto y caer sobre la misma, valiéndose de su peso para producirle la muerte por asfixia, ya que una liebruga adulta llega a pesar 50 kg (las hembras). Una liebruga macho raramente sobrepasa los 30 kg. Llegan a medir 60 cm de embergadura. Cuando se siente amenazada se vale de su caparazón para esconderse dentro, protegiendo la entrada con sus orejas. Su caparazón es extremadamente duro y resistente.

Las liebrugas se aparean dos veces al año, pero al igual que las liebres y conejos, su cópula dura pocos segundos, por lo que puede realizar varias en un mismo día (depende también de los receptivas de las hembras, claro) Se reproducen por huevos (entre 4 y 6 por puesta), los cuales entierran en madrigueras que escarban en zonas protegidas. Al cabo de 8 semanas estos eclosionan. Como dato curioso, os diré que es el macho el que se encargar de proteger y cuidar los huevos durante todo el proceso. Se podría decir que este macho, realmente aprecia sus huevos (jeje, perdón).

Entre sus depredadores como siempre, el principal es el ser humano, que comercializa con su carne y su caparazón en el mercado negro. Actualmente es una especie protegida.

Si véis una, no os dejéis engañar por su aspecto "achuchable". Pueden llegar a ser agresivas y arrancaros un dedo si os lo pillan. Pero tranquilos, siempre podréis salir corriendo. Nunca os alcanzará.


miércoles, 21 de noviembre de 2012