lunes, 24 de noviembre de 2014

jueves, 20 de noviembre de 2014

"In progress..."

Pues de elefantes sigue la cosa.. :)
Después de estar todo el día dibujando en el curro, es difícil que llegue a casa y coja los lápices... Pero ayer pasó. Llevaba todo el día con la cosa en la cabeza de dibujar un ojo de elefante lleno de arrugas. Con esa mirada que transmite tanto... Así que nada, como en mis orígenes, cogí mi lapicera, me puse radio 3, y prácticamente como un acto de meditación me puse a dibujar arruga por arruga. Aún no lo he terminado, pero cuando lo tenga listo os lo enseñaré. Os dejo como aperitivo los tres primero pasos.
Buenos días!!



lunes, 10 de noviembre de 2014

"Microrrelato"

Desde donde le alcanzaba la memoria (y ya se sabe que los elefantes tienen mucha) había escuchado como los más ancianos de la manada barritaban esa canción a los más pequeños; 1 elefante, 2 elefantes, 3 elefantes... 459 elefantes!!
Y si por algo era conocido Fonti, (a parte de por su gran colección de dedales, claro) era por su incredulidad. Así que ni corto ni perezoso, esa mañana buscó una tela de araña y... Bueno, el resto ya se sabe. 
FIN

lunes, 3 de noviembre de 2014

"Colaboración"

Muy pronto, prácticamente coincidiendo con la llegada de la Navidad, verá la luz un libro muy especial en el que tengo la gran suerte de participar.
Amigos ilustradores y escritores regalan su arte para dar forma a este libro que sin duda será el regalo perfecto para estas Navidades.
Esta es mi aportación

"La siesta"
escrito por Tomás Val

Y este el trocito de texto en el que me he basado:

Aquella tarde le despertaron de la siesta las risas de los niños. El sueño de la noche se interrumpe mansamente, como un manantial que se seca, se agota. Se abren los ojos por la mañana como después de un viaje, un tren que entra suavemente en la estación, pero las siestas veraniegas se interrumpen, se rompen. Hay luz, calor; es posible que la vida se asuste ante ese intempestivo sueño que se parece tanto a la muerte y haga lo posible por detenerlo, por agitar al durmiente para que abra los ojos.
Despierta, despierta.
Se despertó Manuel en ese pozo vacío que son las tardes cuando se vuelve del sueño a empujones y por la ventana entornada entraban las risas de sus tres hijos.
Cristales, metal, agua que rueda, campanillo que da vueltas.
Abajo, en el jardín, los niños jugaban ajenos a la siesta, a la muerte, a la edad y su padre escuchaba sus risas desde la cama como si no fueran más que el eco de un sueño, un residuo del mundo del acababa de regresar.
No había nada en esa habitación: una cama, un armario, una silla, una ventana, un hombre...
Un hombre en un dormitorio.
 

También podéis ver cosas sobre este tema en https://www.facebook.com/entrelapicesypinceles